Compré este juego sin haberle seguido demasiado la pista, la verdad. Vi la edición especial Six Edition a un precio interesante y fue a partir de ahí cuando busqué cosas del título para saber cómo era. Como lo que vi me dio la impresión de que se acercaba al tipo de juego que me gusta, me hice con él.
La aventura en Little Nightmares comienza con su pequeña protagonista, Six, a la que debemos controlar para avanzar por oscuros y deprimentes escenarios (era tan oscuro todo al principio que tuve que subir el brillo del juego ya que me costaba apreciar los detalles de los escenarios, en serio). Realmente sé que el personaje se llama Six gracias a cosas que he leído fuera del juego, ya que dentro de él no hay ningún diálogo ni nada que nos dé a conocer su nombre. De la misma manera he podido conocer información sobre el género de Six, pero bueno, ambas cosas importan bien poco.
Si bien no llegamos a descubrir exactamente dónde estamos hasta una parte ya algo avanzada de la aventura, no tardamos en descubrir que no nos encontramos solos. Por desgracia la compañía es absolutamente hostil, aunque en parte es comprensible; y es que en este juego somos los invitados no deseados de las residencias de unos seres mucho más grandes que nosotros y que no dudan en perseguirnos para atraparnos en cuanto se percatan de nuestra presencia.
La mayoría del tiempo nos las debemos ingeniar para avanzar por los distintos escenarios, ya sea moviéndonos atléticamente por el mobiliario local o resolviendo puzles muy ligeros. Esos últimos se tratan de cosas realmente muy básicas: empuja una plataforma para llegar a un punto elevado, lanza un objeto para activar un interruptor, encuentra una llave para abrir una cerradura... Sin embargo, de vez en cuando, al llegar a algunos lugares, la confrontación con los enormes residentes se hace inevitable y hay que evitar que nos alcancen. Si estos nos dan caza tocará empezar de nuevo desde el punto -automático- de salvado, así que dependiendo de la situación habrá que ir con pies de plomo o poner pies en polvorosa. Aunque ir con sigilo es importante ya que estos enormes seres son sensibles al sonido que generamos y no andan tampoco mal de la vista, hay numerosas ocasiones en las que la huida se torna ineludible; en estos no queda otra que salir corriendo y confiar en hacerlo bien. El margen de error suele ser bastante pequeño con lo que morir en los primeros intentos de escapada no es nada raro. El mayor problema es que realizar reintento tras reintento puede resultar algo frustrante, puesto que a veces la pantalla de carga tarda casi más en desaparecer de lo que nuestro perseguidor tarda en atraparnos. Eso sí, algunas huidas son impresionantes.
El apartado visual de Little Nightmares me ha encantado. Es un juego que me parece muy elegante a la vista, ya que tanto sus escenarios como los enemigos tienen un diseño fantástico y están genialmente recreados. El juego crea un contraste muy interesante entre lo mono e inocente que resulta Six en un inicio y lo lúgubre de los escenarios, el diseño malrollero de los enemigos y la dureza de algunas muertes. Este contraste me ha recordado bastante al de otro juego, Limbo. Es más, creo que ambos títulos comparten muchos puntos en común y se podría decir que Little Nightmares es una especie de Limbo en tres dimensiones. En cuanto a la historia, no he entendido nada y tampoco me ha parecido que haya nada que entender, pero hay momentos impactantes, sobre todo los que nos hacen ver que Six es más de lo que aparenta.
La historia principal, que es el juego como salió originalmente, consta de cinco capítulos. Posteriormente sacaron tres capítulos más vía DLC de pago que pertenecen a una historia protagonizada por otro personaje que transcurre al mismo tiempo que la aventura de Six. Actualmente el juego se vende en su edición física junto con los DLC y la inminente versión de Switch también los incluirá. A mí, que solo he jugado a los capítulos de la historia principal porque no me apetece gastar más dinero en él, Little Nightmares me ha resultado un juego excesivamente corto. El juego en la primera partida dura unas cuatro horas; y eso suponiendo que uno se atasque bastante. Vamos, hay un logro por terminarlo en menos de una hora... El problema mayor es que se trata de un título muy poco rejugable, ya que es tremendamente lineal y apenas vamos a ver nada en partidas sucesivas que no hayamos visto ya. La única razón de peso para repetir los capítulos es encontrar escasos coleccionables que se nos pueden pasar por alto en la primera partida, lo cual tampoco es que lleve demasiado tiempo ni resulte especialmente divertido. En definitiva, una duración de juego indie para un juego que no salió a precio de juego indie.
Little Nightmares mola, es un juego que me ha divertido de principio a fin y me ha reportado sensaciones especiales, de esas que sientes cuando juegas a algo poco común. Lo recomendaría a prácticamente a todo el mundo, pero lo escasa de su duración sumada a su casi inexistente rejugabilidad me impiden hacerlo a cualquier precio: esperaros a alguna oferta o rebaja. Eso sí, cuando terminé el juego y me encontré con su interminable lista de créditos, me di cuenta que aunque sea tan ridículamente corto, Little Nightmares de juego indie no tiene nada, al menos juzgándolo desde el punto de vista de la cantidad de gente que ha trabajado en él. Pero sigo sin caber en mi asombro, ¿cómo es posible que un juego con tan poca cosa haya tenido a semejante legión de gente detrás?
Parece que habrá una serie de animación de Little Nightmares en 2019. Oye, pues puede estar bien.
Es de los que quiero jugar ^^
ResponderEliminarTodo lo que cuentas es lo que esperaba de él, así que guay. Eso sí, yo siempre había pensado que Six era una chica xDDD.
Seguro que te gusta, además ahora con la edición completa por más razones :D
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